UPN, perdonen que me ría
Jose Mari Esparza Zabalegi
Editor
Ya se conocen las chapas que las Juventudes de
UPN van a llevar estas fiestas: “Perdona que me ría, Navarra no es Euskal
Herria”. Yo por supuesto llevaré una puesta, porque tienen doble lectura y,
realmente, decir que Navarra no es Euskal Herria produce hilaridad. Pero ellos
lo dicen en serio, apoyados en el sólido argumento que les legó Jesús Aizpún, el
fundador de UPN: “Sabino Arana inventó el término de Euskal Herria que luego se
acortó en Euzkadi”. Parece broma, pero en torno a esta astracanada (similar a
aquella de Jose Antonio: “España es una unidad de Destino en lo Universal”) se
sustenta todo el armazón intelectual del navarrerismo.
Lo peor que tiene ser de UPN (o del PSOE en este
tema) es que para serlo hay que tener mala memoria, olvidarte hasta de los
abuelos y no hurgar jamás en los archivos. Muchos de los que se pondrán la
chapa posiblemente tengan en el desván de su casa la suscripción a la revista Euskal Erria, guías del Zazpiak bat patrocinadas
por la Diputación, cartillas escolares definiendo el territorio, mapas
centenarios y libros antiguos que, si los leyeran, descubrirían que hasta el
carlistón del abuelo olía a azufre bascongado.
El mismo padre de Jesús Aizpún, Don Rafael, firmaba
entusiastas manifiestos junto a otros ilustres predecesores de UPN, como
Gortari, Conde Rodezno o Joaquín Beunza, para que su Euskal Herria, (bien de
derechas, eso sí) votara a favor del Estatuto Vasco en 1931. Víctor Pradera,
prócer del navarrismo más fachungo, no quería el Estatuto, porque anteponía la
Euskal Herria foral (Euskaria la llamaba él) al “engendro” de Euzkadi. Eladio
Esparza, Del Burgo, Garcilaso, Uranga, Baleztena… ¿Qué derechista navarro no ha
propugnado una Euskalerria vaticanista, española y conservadora? ¿No llamaba el
Diario de Navarra a la Diputación Foral
“la más alta institución de Euskalerría”? Ay, aquellos titulares, a la llegada de
Alfonso XIII a Pamplona: “Euskalerría-España-El Rey”, “Por Euskalerría y por
España”. ¡Qué mala suerte tienen los de UPN con las hemerotecas y la historia.
Genealogía similar tienen los del PSOE, pero de ella ya hemos hablado otras
veces.
¡Y qué tragedia para el navarrerismo, no poder
encontrar en toda la historia un solo paisano ilustre, ¡uno sólo!, que haya cuestionado
la pertenencia de Navarra a la primitiva Euskal Herria: músicos (Sarasate,
Gayarre, Gorriti, Arrieta, Fagoaga, Larregla, Morondo, Turrillas); pintores
(Ziga, Basiano, García Asarta, Zubiri); poetas (Olóriz, Pelairea el tudelano,
Cayuela, Tapia, Barón, Urrutia); editores (Chavier, López de Lezaun, Aranzadi,
Estornés, García Enciso, Aranburu); historiadores (Moret, Madoz, Legarda,
Lacarra, Azcona, Caro Baroja); arqueólogos (Erro, Iturralde y Suit, Ansoleaga,
Huici); juristas (Chavier, Sagaseta de Ilurdoz, Nagore, Montoro Sagasti, Oroz).
Decidme un navarro relevante, ¡uno sólo por favor!, que haya negado a Euskal
Herria y os compraré todas las chapas.
Por todo lo que he robado |
¿Y nuestros literatos? No vamos a obligar a los
de UPN (su navarridad no llega a tanto) a que sepan quiénes fueron Axular o
Leizarraga, que ya dejaron pergeñadas las mugas de Euskal Herria, tres siglos
antes del nacimiento de Sabino Arana. Pero al menos deberían conocer a nuestro
primer gran novelista, Navarro Villoslada, el de Viana. “¡Todos a una amigo
mío! -escribía- ¡Euskal Erria! ¡Magnífica empresa y magnífica divisa!”. Y de
esta tradición literaria se nutrió lo mejor de nuestras letras: Campión, Landa,
Urabayen, García Sesma, Pascual Eraso, Zubeldía, Larreko y docenas más hasta
los actuales.
Incluso en pleno franquismo, Iribarren el tudelano
define el territorio en su Vocabulario
Navarro; Pío Baroja disecciona el Zazpiak Bat en su última obra (El País Vasco, 1955) y el falangista
Iribarren Paternain, premio nacional de Literatura en 1965, escribe sobre
“nuestra Euskal Herria” y glosa sus siete territorios. Perdonen que me ría
pero, ¿de qué Navarra habla UPN?
UPN y sus émulos lo tendrían más fácil
reconociendo todo ese pasado de Navarra vinculada, siquiera culturalmente, a la
Vasconia romana, a la Cantabria medieval, a la Nación Bascongada renacentista,
al País Vasco-Navarro contemporáneo y, siempre, a la Euskal Herria
prehistórica, topónimo derivado de una lengua milenaria que, a estas alturas,
no va a desaparecer por cuatro chapas que se pongan. Una vez reconocido lo
evidente, podrían decir luego, con todo su derecho, que prefieren una estrecha
vinculación con España y ninguna con sus antiguas hermanas, porque un pasado
vascón, aunque sea con ocho apellidos vascos, no tiene porqué condicionarles un
futuro español. Perfecto: Nosotros diremos que preferimos lo contrario y, como
buenos ciudadanos, meteremos la papeleta en la urna y el que más chifle,
capador.
Eso
sería lo inteligente, lo democrático, lo respetuoso con todas las partes. Pero
estamos hablando de UPN. Zafios para manipular nuestro pasado, corruptos para
gobernar nuestro presente y patéticos para mantenerse a toda costa en el
futuro. Por suerte, perdonen que me ría, Navarra no es esa cofradía
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