Podium oral de la inmundicia anual (2013)
Cronopiando
Koldo Campos Sagaseta
Podium oral de la inmundicia anual (2013)
Termina diciembre y no voy a ser yo quien se quede sin publicar su
personal anuario, que la culpa es de los medios que nos acostumbraron en
estas fechas a elegir el personaje, la película, el mejor gol del año, y
ahora no nos resignamos a echar el cierre sin antes hacer memoria.
Yo prefiero el recuento de inmundicias en boca de quienes nos gobiernan.
Como ya hice con la pasada cosecha me voy a limitar en la presente a
recoger las breves muestras que mi memoria me permite y que presento de
manera aleatoria. Al criterio del lector encomiendo el color de la
medalla. Son 10 frases que resumen el año, que nos dicen qué somos y en
manos de quién estamos.
La primera frase guarda relación con la
muerte de Iñigo Cabacas. A Cabacas lo mataron en abril del 2012, pero ha
sido este año cuando a través de Gara se pudo conocer su sentencia de
muerte y la identidad de uno de los responsables, Iñaki Larrea, alias
“Ugarteko”, alias “3316”, alias “ertzaina” y autor de la frase: “A ver,
le repito las órdenes para que queden bien claras... entren al callejón
con todo lo que tenemos, entren a la Herriko… y entonces estará la
situación controlada”.
La segunda frase, a cargo de la alcaldesa de
Madrid, batió récords de audiencia y estupor. También de carcajadas.
Tuvo el infortunio de elegir el peor escenario para soltarla aunque
sabido es que nunca ha conocido un escenario bueno y que, como siempre,
se mostró generosa a la hora de quedar en evidencia. Aunque algunos
todavía lo pongan en duda, Ana Botella estaba defendiendo en Brasil la
candidatura de su ciudad para unos juegos olímpicos. Apeló al inglés, su
mejor aliado para hacer el ridículo: “Relaxing cup of café con leche in
Plaza Mayor”.
Un día antes, y es la tercera frase de este resumen
del año y segunda de la alcaldesa, se las ingenió, todo en la misma
rueda de prensa, para no responder a lo que se le preguntaba (sobre el
paro en el estado español) y ofrecer además, sintaxis al margen, cifras
contradictorias: “Tenemos el 90% de las infraestructuras hechas. Son
unas infraestructuras de gran calidad. Tenemos instalaciones deportivas
de gran… (en este punto la señora Botella respinga, boquea, busca
desesperadamente un adjetivo nuevo antes de darse por vencida) …calidad.
Y eso creemos que puede ser una nueva forma de ser candidato una ciudad
con el 80% de las infraestructuras hechas.”
En lo que se tarda en leer tres líneas Madrid ya había perdido un 10% de sus infraestructuras de gran… calidad.
La cuarta evacuación es de Mariano Rajoy. Aunque la depuso en febrero
sigue manteniendo a fin de año la esplendidez de su enunciado, y no se
trata de la típica marianada. En esta frase, junto al clásico
cretinismo, Rajoy también manejó otros ingredientes, como el cinismo y
la desvergüenza cuando afirmó: “No he cumplido con mis promesas pero he
cumplido con mi deber.”
¿Y tenía algún otro deber el presidente que no fuera cumplir con sus promesas?
A Mariano Rajoy también le endoso la quinta frase que, como la que le
precedió, es una salsera mezcolanza de imbecilismo agudo e ingenioso
cinismo y que tuvo lugar en plena ebullición pública de los papeles de
Bárcenas: “¡Todo es falso… salvo alguna cosa!”
La sexta frase, y
que conste que no es nada personal, también es de la autoría de Ana
Botella. Días después de que, cual Cruella de Vil envuelta en un abrigo
de pieles y patinando sobre altos tacones negros, inspeccionara la
basura acumulada en las calles de la capital, para entonces ex candidata
olímpica, la alcaldesa de Madrid creyó llegado el momento de condensar
en una sola frase su más profunda convicción, su más antológica
demostración de vida neuronal, y así cerrar la boca de un ingrato
concejal que reclamaba explicaciones sobre la huelga. Naturalmente, como
es norma en ella, volvió a elegir para tan insólita deflagración un
pleno del ayuntamiento que gobierna y en el que no suelen faltar
micrófonos y cámaras. Lo peor, sin embargo, fue el énfasis de su
evacuación o, lo que es lo mismo, el tamaño de la boñiga y el entusiasmo
con que la aderezó: “La reforma laboral del Partido Popular es la
ideología que ha traído mayor progreso a la historia de la humanidad… y
si no, hagan ustedes un recorrido por el mundo”.
Para no abundar en
más detalles, España se le quedaba pequeña y Europa no era suficiente. A
punto estuvo de ser el mundo mundial. De ahí su insistencia en que la
ciudadanía haga recorridos por el mundo. Supongo que a ello se debe el
que cada día sean más los españoles que huyen. Algunos, incluso, han
llegado hasta Laponia, como pretendía la CEOE, en busca de trabajo. Y
todo debido a ese ancestral “impulso aventurero” que norma nuestro
indómito carácter, como explicaba el caso la secretaria general de
Inmigración.
Y en cuanto a la historia de la humanidad ya iba siendo
hora de que alguien la pusiera en su lugar. El mundo, la historia, la
humanidad…sólo son chascarrillos en boca de la señora Botella.
La
marianada, ese género que se caracteriza por afirmar o negar lo
contrario de lo que se niega o afirma, de manera que nadie entienda
nunca nada y que también se conoce como “arte de hablar mierda”, no es
exclusiva del presidente del gobierno aunque sea Mariano Rajoy, a quien
debe su nombre, quien más se esmere en difundirla. En la pasada cosecha
Rajoy nos dejó tres marianadas brillantes (“Haré cualquier cosa aunque
dijera que no la iba a hacer”, “Haré todo lo posible para que Europa
haga todo lo posible” o “Hemos decidido no pedir el rescate pero eso no
significa que no lo pidamos”) y para esta cosecha también ha hecho sus
aportes en este género. A destacar, en relación a la instalación de
cuchillas (concertinas) en las alambradas de Melilla, su cínica
ingenuidad: “No sé si pueden producir efectos que afecten a las
personas, no hemos tomado una decisión sobre este asunto pero está en
estudio".
Claro que Rajoy no es el único intérprete de marianadas
con que cuenta el gobierno español. Otro de sus más virtuosos
ejecutores, José Manuel Soria, ministro de Industria, disipaba cualquier
duda: “El gobierno ni sube ni baja la luz.” La diferencia entre Soria y
Cantinflas es que éste hubiera agregado: “…sino todo lo contrario” y
nosotros nos hubiéramos reído.
Dolores de Cospedal, que cultiva
todos los géneros, también es una experta en marianadas y a esta especie
corresponden dos de sus conclusiones más juiciosas: “Todo el mundo lo
sabe porque lo sabe todo el mundo" y “Alguien hace un chantaje cuando
tiene algo con lo que hacer un chantaje… y si alguien puede hacer un
chantaje… él sabrá”.
Donde Dolores de Cospedal sentó cátedra con
una pieza inolvidable que ya es parte de la historia de la retórica
española, fue durante una rueda prensa en la que la portavoz del Partido
Popular trataba de explicar cómo se resolvieron los vínculos contables
entre Bárcenas y su partido. Su célebre monólogo “Indemnización en
diferido” ya es un clásico del humor: "La indemnización que se pactó
fue una indemnización en diferido… y como fue una indemnización
indifi... en diferido, en forma, efectivamente, de simulación, de...
simulación, o de... lo que hubiera sido en diferido en partes de una...
de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la
Seguridad Social."
Consta que no estaba ebria ni eran las tres de la
mañana de un sábado loco a las puertas de un bar. Y, peor todavía,
también consta que la presidenta de Castilla es o era la portavoz –léase
bien- ¡portavoz! del Partido Popular. En algunas escuelas del tercer
mundo tienen esta pieza como refuerzo audiovisual emocional para que el
alumnado recupere su confianza y autoestima. A ello se ha debido,
probablemente, que se haya podido frenar la deserción escolar.
Un
impresentable habitual en el género Cinismo-XXL es el ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro. A él corresponde otra de las frases del
año: "Los salarios no están bajando en España, están creciendo
moderadamente".
Del mismo tono, la frase que nos dejara José de la
Cavada, director general de Relaciones Laborales de la CEOE, cuando
preocupado por los 3 días libres que las empresas deben darles a sus
trabajadores cuando se les muere la madre, por ejemplo, o un hijo,
argumentó: “hoy día los viajes no se hacen en diligencia”.
Si
quieren una frase con marcado arraigo publicitario, ninguna más oportuna
que la que entregara a este anuario Rubalcaba cuando eufórico cerraba
el congreso del partido socialista al grito de: “¡El PSOE ha vuelto!” Lo
mismo sirve para un champú, que para una moda, un número de circo o una
película de terror. Y eso cuando nada se había dicho antes de su
partida, tampoco de su destino.
Uno de los personajes más
siniestros de la política española es el ministro del Interior Jorge
Fernández Díaz. Ningún pendón como el ministro para hermanar en un solo
entrecejo la legión española y la virgen del Pilar. De ahí que haya días
en que se levanta en trance, bajo la inspiración de Monseñor Escrivá y
nos viene con presagios del tipo de: “El matrimonio gay no garantiza la
pervivencia de la especie” o “El aborto tiene algo que ver con ETA”;
como hay días en que se despierta camorrista y nos sale con chuscas
amenazas: “¡El marcador de la ilegalización se ha puesto en marcha!” o
con nostálgicos reproches a las autonomías: “Les aseguro que si fuera el
Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil (alude a la Ertzaintza)
eso no se habría producido… porque la profesionalidad del Cuerpo
Nacional de Policía y de la Guardia Cicil está plenamente acreditada.
Cumplen órdenes y las saben cumplir muy bien”. El “eso” al que se
refería el ministro era la supuesta exaltación del terrorismo en el que
incurren los familiares de un preso vasco cuando lo abrazan al quedar en
libertad.
Soraya Sáenz de Santamaría tampoco ha querido dejar
pasar el año sin hacerse sentir. Numerosas memeces de su autoría han
sido candidatas a este breve anuario: Por problemas de espacio les dejo
tres que podrían catalogarse como exploraciones suicidas: “No se puede
mantener lo que no funciona”, “Ya se ha acabado el tiempo de no hacer
nada” y “Esto no se va a parar”.
Razón no le falta, de ahí lo
suicida de la exploración, y es que no se puede mantener ni un día más
lo que no funciona, un gobierno de defraudadores, de patanes mangantes y
arrogantes chorizos, que ha incumplido todas sus promesas, que ha
irrespetado todos sus acuerdos, que miente más que habla, que multiplica
el paro y los desahucios, que contamina todo lo que toca, que infringe
sus propias leyes y que nos despoja del derecho a la salud, a la
educación y a la vida. Y ya se ha acabado el tiempo de no hacer nada
porque hay que organizarse, hay que salir a la calle y enfrentar cada
despropósito y protestar ante cada desmán, ante cada golpe y atropello
de un gobierno en el que resulta imposible distinguir ineptos de
sinvergüenzas. Porque no hay que mantener lo que no funciona, porque ya
se ha acabado el tiempo de no hacer nada y porque, en este digno empeño,
no se va a parar.
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