hacer que perdamos el interés en un conflicto que dura décadas y que
cada día parece que está más lejos de una solución. La impotencia ante
la injusticia hace que nos preguntemos una y otra vez qué podemos
hacer para ayudar. Todos lo miembros al Parlamento Europeo venimos
recibiendo cientos de mails al día pidiéndonos que hagamos algo para
detener la matanza en Gaza. En el caso del Parlamento de Bruselas,
considero que se ha dejado escapar una oportunidad para hacer algo
práctico, verdaderamente útil.
De EUSKAL HERRIA |
La posición de la UE ha tenido un único hecho positivo: es la primera
vez que los 27 gobiernos acuerdan una posición común de solicitud de
alto el fuego. Por su parte, en el Parlamento Europeo aprobamos la
pasada semana una resolución sobre la situación en Gaza, que es muy
ejemplarizante respecto a la tibieza y debilidad con la que Europa ha
actuado ante esta crisis. Es cierto que la citada resolución contiene
aspectos positivo, como que condena el desproporcionado ataque
israelí, pide a este país que respete el derecho internacional y que
permita la entrada de ayuda humanitaria y utiliza el término de
castigo colectivo al pueblo de Gaza. Además, al igual que hizo la ONU
mediante la resolución 1860 del pasado 9 de enero, solicita que se
acuerde un alto el fuego y que se garantice la estabilidad en Gaza, es
decir, que se retiren las tropas y se termine con el bloqueo.
Absolutamente de acuerdo con todo lo anterior. De hecho, la resolución
fue aprobada por una mayoría que rozaba la unanimidad. Yo voté en
contra. Porque, una vez más, resoluciones como ésta no van a servir
para nada. Bueno sí, para restar todavía más credibilidad a un
Occidente que solicita y pide a Israel, pero no le exige nada. No es
tiempo de palabras, sino de emprender acciones. Por eso voté en
contra, por un motivo eminentemente práctico. El Parlamento Europeo no
es competente para imponer a ningún país un embargo económico. Tampoco
lo es para adoptar misiones de paz o decisiones de intervención. Lo
único que este Parlamento puede hacer es solicitar y conseguir que se
suspenda el acuerdo de asociación preferente que la UE mantiene con
Israel. Un acuerdo que contempla el desarrollo de cooperación en
materia comercial, industrial y científica, entre otras, así como el
establecimiento de un diálogo político. Habida cuenta de que la UE es
un socio comercial fundamental para Israel, suspender dicho acuerdo
hubiera supuesto una medida política efectiva para presionarle para
que cesara en su agresión.
De EUSKAL HERRIA |
En resumen, está muy bien aprobar declaraciones, algo necesario dentro
del diálogo político. Pero ante una violación de los derechos humanos
y del derecho internacional como la que está llevando a efecto Israel
hay que ser mucho más claro y contundente. En política no vale con
utilizar palabras bonitas, hay que actuar y está claro que después de
esta resolución nada va a cambiar en Gaza. Israel tiene derecho a
vivir en paz, pero debe entender con claridad que no todo vale. Aún
más, esta ofensiva lo único que va a lograr es recrudecer el
conflicto. El Parlamento Europeo, al igual que el conjunto de la UE,
ha optado por la palabra en lugar de la acción, y ello debilita
enormemente nuestra posición. Tanto palestinos como hebreos van a
considerar a la UE un ente débil, incapaz de emprender acción alguna
en materia de política internacional.
Si en vez de Israel, el ataque lo hubiera protagonizado otro Estado la
reacción hubiera sido mucho más enérgica. Lo que está sucediendo en
Gaza es un drama, pero este mundo está repleto de ellos, y lo triste
es que la gran mayoría no llaman nuestra atención. El mismo día que se
aprobaba la Resolución sobre Gaza se votaba una Resolución sobre el
Cuerno el África, de la que yo era coautor. En Eritrea se encuentran
encarcelados cientos de presos políticos cuyo único crimen ha sido
oponerse a la dictadura. En Etiopía, el gobierno nos reconoció que más
de 6 millones de personas están sufriendo la hambruna que devasta el
sur del país (la ONU eleva el número a 12 millones). Al no haber
conflicto armado, no está en la agenda mediática, sin embargo, hay que
señalar que la UE ha llegado a interrumpir la ayuda al desarrollo, e
incluso las relaciones con estos dos países, en más de una ocasión. El
diálogo ha sido siempre permanente, pero un diálogo firme. Con Israel,
sin embargo, la UE es incapaz de llegar tan lejos. Es evidente que la
UE mide los conflictos con diferente rasero.
Mikel Irujo
* Diputado al Parlamento Europeo por EA