viernes, 16 de noviembre de 2012

Cuantos muertos tiene que haber


Día 14 de noviembre un día mas en la vergüenza obrera, desde los años 80 estamos cayendo en picado de una forma inusitada. Aquellos días de gloria ya solo son para contárselo a nuestros nietos. Los mismos que ayudaron a forjarlos están colaborando para deshacerlos. Como el herrero que forja un arado con mucho esfuerzo y luego utiliza mas esfuerzo en destrozarlo para que no sirve para nada.
De esta manera, los sindicalistas y revolucionarios de la lucha de clases, del socialismo autogestionario, del marxismo, del socialismo,  aquellos que leían a Bakunin, Engels, el materialismo dialecto, hoy, están en sus despachos, hablando de consejos de administración,  de cajas de ahorros, de fondos de pensiones, de negociación con el gobierno, etc.
Sus ventanas no deben dar a la calle al parecer no ven los desahucios por no pagar debido a la perdida del puesto de trabajo, no ven los niños que van sin comer a la escuela, a los ancianos que no compran todas las medicinas, tampoco ven a las madres que se meten a la cama con el estomago vació por que le han dado lo poco que tenían a sus hijos.

Como pueden ver desde sus tribunas esos políticos de izquierdas y derechas, a esos hombres hundidos en el sofá de sus casas mientras esperan que los echen  con la cara entre las manos, llorando de rabia e impotencia y sin fuerzas ni para salir a la calle a gritar o siquiera maldecir.

Los culpables son los grandes capitales y los bancos de esta situación, si,  pero tiene muchos testaferros ayudando y colaborando en esta masacre social. Y nunca mejor dicho lo de masacre social, porque no hay nadie que cuantifique los muertos que son muchos.
Muertos por no tomar todas sus medicinas por falta de dinero en la pensión. Miles de muertos por suspender las subvenciones a la investigación de medicinas para las enfermedades. Cientos de muertos por no haberse detectado una enfermedad a tiempo debido a las listas de espera en los centros médicos  por  haber retirado los fondos  a los hospitales. Muertos por desesperación y suicidio de la gente que es mas cobarde y no sabe luchar, muertos, muertos, muertos.

 Donde están esos culpables. Desde que ventana se puede ver a  esos sindicalistas que  defendían la lucha de clases y ahora no defienden a su pueblo de la tiranía bancaria,  oligarca,  seudoreligiosa etc.  limitándose a movilizaciones colaboradoras de la desmovilizacion. Donde están esos políticos de izquierdas que decían que su política era social y luchaban por el pueblo. Donde están esos revolucionarios que defendían la lucha armada y ahora no defienden ni una huelga general para tumbar unas leyes que están matando al pueblo. Donde están esos 6 millones de parados que no salen a defender a sus familias y futuro. Donde están todos esos desahuciados que no luchan por cambiar la situación e intentar conseguir una vida mejor con el dinero que nos están robando.

Todos culpables, todos los cobardes, que votan a los partidos mayoritarios solo por el hecho de querer ser siempre ganadores cuando en realidad son mas perdedores. Cobardes, que dejan que les quiten la casa la comida de sus hijos e incluso la vida sin hacer nada por evitarlo. Traidores que colaboran con su indiferencia al espolio de esta país para los próximos 40 años.
Traidores, que escudándose en los pingues beneficios que obtienen en sus inversiones bancarias dejan que esta país se arruine vendiendo al pueblo de la forma mas vil.
Traidores, que juraron defender al pueblo y la justicia y en cambio prefieren ser mercenarios colaborando con mucho entusiasmo porra en mano y reventando la cabeza   de aquellos desgraciados que no tiene otra arma que la razón y otra protección que su cuerpo.
Traidores que juraron el cargo de políticos diciendo que iban a defender la justicia y la constitución y en cambio venden a su pueblo por un plato de lentejas en empresas privadas

Cuantos muertos hay que cuantificar, cuantos desahucios hay que realizar, cuantos obreros hay que despedir, cuantos jubilados hay que matar, cuantos niños tienen que quedarse sin comer, y cuantos hospitales hay que regalar para que los sindicatos, los partidos de izquierdas, los colectivos sociales, los parados, los desahuciados  los cobardes, los valientes, todos, se pongan de acuerdo en realizar una huelga general indefinida que acabe con todo esto.

¿Cuantos muertos tienen que ser?


Sean bien venidas estas palabras de Martin Niemöller
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los palestinos,
no protesté,
porque yo no era palestino,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Alex Cerdeño

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