viernes, 7 de septiembre de 2012

Lo siento pero últimamente me cuesta escribir sobre otra cosa. Vivimos tiempos muy convulsos y más trascendentales aún de lo que pensamos. Aunque baje la prima de riesgo…Porque no hablo de esta cansina y omnipresente crisis, no. Hablo de todo lo que se está gestando al amparo de ese paraguas…

Quizás no hayamos tomado conciencia aún de que el hoy, el presente; esta cómoda y mullida poltrona del estado del bienestar en la que hemos vivido siempre nuestra apática generación (treintañeros hoy), fueron nuestros abuelos quienes se la ganaron a pulso y nos la dejaron luego aquí para nuestro gozo y disfrute. Asimismo y por defecto, tampoco nos estamos coscando de que todo lo que acontezca en el mañana; en el futuro; depende de lo que hagamos hoy. Y depende, también, por supuesto, y en mayor medida, de todo aquello que dejemos de hacer. El futuro es ahora. Y nuestros hijos y los suyos heredarán lo que nosotros les hayamos dejado. Se dice pronto. Pero es un hecho que nuestros abuelos se dejaron la piel y algunos hasta la vida para nosotros sin que nosotros estemos haciendo lo mismo por nuestros hijos.Lamentable es un apelativo que se queda muy corto. Merecemos algo mucho más malsonante.

Porque una de dos; o nos hemos quedado todos gilipollas ya del todo o seguimos bajo los efectos de alguna potente y contundente droga que tiene fuera de juego nuestras neuronas…

Y es que es ciertamente increíble pero creo que hemos perdido toda perspectiva de lo que ocurre a nuestro alrededor. Que no tenemos, a estas alturas, aún ni repajolera idea de todo lo que está pasando. Que todavía, después de múltiples asaltos a nuestros derechos más fundamentales como ciudadanos y como personas aún no hemos asimilado la magnitud de los hechos. Alpargatas de nosotros, aún no hemos dado esos dos pasos imprescindibles hacia atrás para ver el bosque…

Porque, no se me pierdan; sigo sin hablar de esta crisis de la que ya estamos todos hasta los huevos y los ovarios y que han generado unos pocos (los poderosos) para que paguemos las consecuencias los otros (el eslabón débil; la masa alelada; o sea todos: o sea tú y yo…) Y no, no. No hablo de la puta crisis.

Hablo de todos los atentados contra el pueblo y contra las clases más débiles perpetrados a su amparo; por este gobierno y por los anteriores. A estas alturas nos da igual el colorín de quien ocupa el sillón porque ya no creemos en ninguno de ellos. Se lo han ganado a pulso. Nos han demostrado que no hay ideologías cuando hay pasta por medio; los idearios sucumbieron a la economía. No hay convicciones, no hay ética, no hay valores, no hay derechos humanos mientras gobiernen la economía y los mercados sobre las personas. Sobre la humanidad. Sobre las ideas. Sobre la razón…

Pero, no sigo por ahí porque me caliento y me voy del tema…Dejo de ver el bosque yo también…Aunque este árbol del que hablaba sea parte crucial del problema.



Yo hablaba de esos atentados contra todo lo que se ganaron nuestros abuelos; de esos atracos obscenos y sin que se les ponga siquiera la cara roja, a la ciudadanía. A nosotros. A ti a mí. Otra vez a ti y a mí. Al pueblo soberano. Otra vez despojando de toda protección al débil, al mileurista, al pensionista, al estudiante, a profesores, enfermeras, mineros, a las clases medias y bajas, dejando a todos a merced de Goliat…A merced de las hienas… Unos, los miserables, en la puta ruina, sin trabajo o de patitas en la calle por no pagar una letra mientras otros, los poderosos, son rescatados con miles de millones…Más los que se llevaron a los bolsillos en su día. Suma y sigue…Bendita justicia social…Bendita democracia esta…

Así que gracias, oh, gobernantes nuestros, por permitidnos el lujo de votar cada cuatro años y de poder sobrevivir en un sistema justo, participativo y legítimo como este…Un modelo de Estado en el que nadie nos estafa vilmente, ni nos toma por bobos, ni nos vacila sin pudor. En el que se nos tiene muy en cuenta y se vela siempre por el más débil.


¡¡POR DIOS!! A la pobrecita y sagrada DEMOCRACIA, mancillada y destruida, se le tienen que estar revolviendo las entrañas en su propia tumba. Habéis perdido el rumbo…

Pero algunos (espero que muchos) no lo vamos a permitir…Nos asiste la razón. Nuestro estandarte son unos valores y unos principios universales e inquebrantables y no nos vamos a quedar mirando. Y la memoria de nuestros abuelos. Y el futuro de nuestros hijos. Contamos con toda la legitimidad, toda la convicción y toda la fe del mundo. Queremos un futuro mejor. Creemos en él. Y el futuro es ahora. Ha llegado el momento de despertar… ¡¡YA SOMOS MUCHOS Y MUCHAS!!! ¡¡NI UN PASO ATRÁS!!!!

Nos vemos en las calles…Abrazo enorme y cuídense mucho!!!

Escrito por:
Cesar Fernadez Rollan

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